La virtud está cerca del ángulo recto. Esto sostenía Eduardo Chillida Juantegui (San Sebastián 1924-2002): "El ángulo recto me ha llegado a parecer el más hermoso que hay entre todos los ángulos, pero es algo intolerante, no admite diálogo nada más que con sus iguales. Ante este poder del ángulo recto, pienso que hay ángulos a su alrededor, desde los 88 hasta los 93 grados, que son casi tan poderosos y al mismo tiempo son más dialogantes, dialogan entre ellos (?). Creo que la virtud está cerca del ángulo recto, pero no en él». El argumento puede verse en la exposición Preguntas de Eduardo Chillida que se inaugura hoy, a las 20.00 horas, en el Kiosco Alfonso de A Coruña. Ignacio Chillida, hijo y comisario de la muestra, sonríe y destaca que su padre «la intolerancia no la entendía ni en los ángulos ni en nada" .

-¿Qué destaca de la exposición?

-En la segunda planta hay dos discursos: la obra gráfica, en general, y el homenaje a Bach, con un libro de artista. Están los primerísimos grabados de los años sesenta, haciendo el recorrido por 28 grabados, con distintas técnicas, temas y tamaños.

 -¿Por qué Bach?

-Para él Bach era importantísimo porque decía que era como la mar que siempre es igual pero siempre es diferente. La música tiene muchísimo que ver con su obra, de hecho sus primeras obras importantes eran La música de las constelaciones. Y está el libro físico de Bach, que es un gran formato.

-Y están siempre las preguntas...

-La exposición se llama Preguntas porque en el discurso de ingreso en la Academia de Bellas Artes leyó estas y muchas más que tenía. Las hojas del libro son doce, eran manuscritas y con collage. Solo hay un ejemplar, el que está leyendo en la foto de entrada a la exposición es un facsímil que hicimos para la venta, porque la gente quería tenerlo, pero el que hizo él es con anillas, un libro sencillísimo.

 -Destacaban los organizadores la diversidad de obras en esta exposición, ¿lo ve así?

-Al principio pensé en traer obras más grandes, al menos alguna, pero luego me di cuenta que era un error, que era mejor llenar los espacios con las bases y obras de menor tamaño. Las respuestas a esas preguntas son precisamente las obras y no es cuestión de tamaños nunca, porque, entre otras cosas, todas las esculturas son igual de monumentales, sean pequeñas o grandes, porque él trabajaba siempre con relación a la escala humana. Donde más fácil se ve es en los alabastros.

 -¿Y esa relación con poetas como Jorge Guillén?

-El principal punto de encuentro con Guillén fue en temas como ese de Lo profundo es el aire que escribía Guillén e hicieron un libro magnífico que se llama Más allá. A partir de ahí hizo veintitantas obras y la última de esa serie es el monumento de Tindaya.

 -Que se ha quedado en nada

-Lo veremos, porque el gobierno canario acaba de aprobar el proyecto de protección de la montaña. Desde que llegó Chillida allí la montaña no se puede visitar, antes hacían lo que les daba la gana. Lo que falta es el dinero para hacer el proyecto.

 - ¿Estuvo su padre en Galicia?

-Hay una enorme escultura de granito de O Porriño frente al museo de Houston. Vinimos mi hermano y yo a pasar el verano a Vigo y él se iba a las canteras de O Porriño a trabajar con un señor que se llamaba Carballo. Eran los años 60. La primera obra internacional de mi padre la hizo con granito de allí y los granitos que tiene el Peine del viento también son gallegos.

 

Fuente: La Voz de Galicia